viernes, 11 de enero de 2008

¿qué tipo de ciudadanía queremos?

Si observamos nuestra ciudadanía y reflexionamos sobre todo su forma de pensar y de actuar es fácil que nos preguntemos, ¿qué tipo de ciudadanos somos? O ¿qué tipo de ciudadano queremos ser?

En una sociedad que existe carencia de los valores esenciales: derecho a la vida, a la paz, a la justicia, e incluso a la libertad. Donde las teorías liberales de los ciudadanos es participar bajo el conocimiento de reglas, de normas y de derecho. Ante esta sociedad me pregunto: ¿Dónde está esa ciudadanía que sabe armonizar libertad y solidaridad, autonomía personal e integrada en comunidades cálidas, abiertas a la interculturalidad?.

Creo que tenemos como menta la Educación de la Nueva Ciudadanía. Ya decía I. Kant “Únicamente por la Educación el ser humano puede llegar a serlo. No es sino lo que la educación le hace ser”.

Para dar respuesta al interrogante que anteriormente me hacia, necesitamos: cultivar el ejercicio de las libertades políticas y la participación, los derechos sociales y culturales, promover una ética de consumo, saber crear opinión pública, formar para convivencia con otras culturas y muy especialmente cuidar y desarrollar ese “gen” de apertura universal que el ser humano lleva dentro.

Únicamente con la educación es posible cambiar, porque educar es lograr que la persona sea auténtica y tome su vida en sus manos, es decir, sea responsable de si mismo. Eduquemos para formar ciudadanos y ciudadanas verdaderamente cosmopolitas, promoviendo la preocupación y la acción en favor de la paz, el respeto de la naturaleza y la cooperación al desarrollo de todos los pueblos.

4 comentarios:

Juan dijo...

Respuesta: Eucación para la ciudadanía.

Andres de Pescueza dijo...

Estoy fundamentalmente de acuerdo. Sólo añadiría un caldo de cultivo o microclima especial que es la cultura. Si la educación es aprender, la cultura debe ser comprender. Son las herramientas más valiosas para generar la igualdad entre los ciudadanos. Y la igualdad de oportunidades, aunque sea en escenarios diferentes, todo esto es el umbral de la libertad, de la solidaridad y de la buena convivencia.Por eso tienes razón que hay que empezar por uno mismo y saber exactamente por qué, cuando, cómo, para quien y para qué eres ciudadano o, simplemente, habitante del planeta Tierra.

FÉLIX LLANOS MARTÍN dijo...

El comentario excelente, solo que hay un dicho que "BURRO VIEJO NO APRENDE NUNCA"

Fernando dijo...

Ya lo decía Polanco ilustre criminólogo, cada sociedad se merece lo que tiene. Y es cierto, ahora resulta que es delito cuando un padre da un cachete a su hijo, incluso puede ir a la cárcel. Por ello tenemos una juventud ahogada en alcohol, droga y sexo. Ya no existen los mínimos valores, ni la educación que nos inculcaron desde pequeños. Los hijos están por encima de los padres, hasta tal punto que ya son colegas. Es normal ver jovenes cada vez con menos edad borrachos, drogados, etc. y los padres o no se enteran o no quieren enterarse. En las escuelas ya se enseñan que las inclinaciones homosexuales son normales. Lo que estamos olvidando es que muchos politicos lo son e intentan inculcar dichas prácticas. ¿Y donde empezar? por las escuelas en mentes indefensas como la de los niños. Ya se han cargado a la familia, y todo lo que ella representaba. Me da pena observar, como trabajadores que han estado cotizando a la seguridad social durante años, y requieren de una operación urgente, se ven en la lista de espera. Y por el contrario, cuando un extranjero viene a España ilegalmente, es atendido con la máxima urgencia, ya que España es uno de los paises que firmaron un Tratado que así lo requiere. Me parece muy bien, que tengan esos derechos, pero siempre que se extiendan al resto de la población española. La historia (la cual ya no se enseña en las escuelas por no herir la sensibilidad de vascos y catalanes, enemigos de todo lo que se llama España), siempre se repite. Cuando una sociedad es machacada, sus derechos recortados, en beneficio de unos pocos, al final resurgen ideas "ultras", que unos pocos saben extender para luego diluirlas y acapararlas. Esperemos que éste libertinaje existente hoy en dia se encauce de nuevo y renazca la libertad real, que todos anhelamos. Un saludo Vicente...