sábado, 22 de marzo de 2008

PENSANDO EN TI, QUE ERES EDUCADOR/A

Partiendo de que hoy no es fácil educar a la persona, ni nunca lo fue, pero quizás hoy sea más difícil, ya que los rasgos que se valoran en la sociedad actual ponen de relieve un tipo de hombre que siente pasión por la eficacia, la productividad, aspiraciones que pueden ocultar en el ser humano la incapacidad de enfrentarse y afrontar el cultivo de otros valores. Ante esta realidad en la que se mide al ser humano por lo que posee, o por lo que puede hacer, y no por su valor inherente al hecho de ser persona, el educador o educadora ha de acometer la ambiciosa y novedosa tarea de realizar una intervención cuyo centro sea el individuo.

Es importante educar para la vida, y la vida no solamente es placer. El educador o educadora tiene que tener buena predisposición afectiva, capacidad de empatía, y debe transmitir a los chicos y las chicas que les queremos, que se pueden sentir apoyados... esto es requisito indispensable en la educación en general. El educador o educadora ha de ser por tanto, una persona integra, fuerte, cercana, realista, madura... Tiene que ser un ser empático.

Viviendo en el mundo de la operatividad, nos puede llegar a ser fácil orientar nuestra labor a hacer muchas cosas, a enseñar muchas materias o destrezas muy útiles, o muy interesantes, pero el educador o educadora, en ningún momento puede olvidar cuál es el centro de su labor. Freire, reclama una “Educación del Yo me maravillo y o sólo del Yo hago”. Una educación que enseñe a la persona a ser persona, a sentir a disfrutar de las cosas que la naturaleza nos ofrece gratuitamente, a escuchar al vecino, al anciano, o al niño, o a uno mismo... Un educador o educadora que precisa de un trabajo permanente, intimo y personal, que siempre ha de interpelarse, de cuestionarse de evaluarse.

El ser educador o educadora, implica un estilo de vida, para el cual hay que llevar a cabo un trabajo personal constante, tanto de formación, como de maduración con todo lo que ello conlleva. Y así, con profunda creencia en el hombre y en la posibilidad de cambio de la realidad, ha de cambiar el educador o educadora, porque como afirma Freire, somos andando.

5 comentarios:

alicia dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo Vicente, la lástima es que nuestra labor no sea reconocida como debiera, principalmente por las familias de los chicos y chicas y por la sociedad en general, pero la satisfacción que una siente después del trabajo bien hecho y de ver los logros alcanzados por los chicos compensa todo lo demás.Un saludo, Alicia.

Cruz dijo...

Perdonad que intervenga en un tema para el quiza no este preparado. Solamente quiero decir una cosa. Las cosas importantes de la vida se consiguen con sacrificio, con esfuerzo personal, cuando las cosas se consiguen con sacrificio, la meta es mucho mas satisfactoria. Educar con cariño, con amistad, con complicidad reciproca, procurando extraer lo mejor del individuo; Pero enseñarles tambien a sacrificarse, enseñarles a que en la vida no todo es facil, que es necesario tratar de conseguir las metas, con ayuda de los profesores, pero tambien, y sobre todo, con tu trabajo, con tu esfuerzo personal.

Anónimo dijo...

Yo llevo años queriendo ser profesora de literatura, hasta ahora he trabajado como informática y he impartido clase sobre esta materia sobretodo a gente mayor. He sacado en conclusión que muchas veces el valorar poco el saber, al educador y demás no es cosa sólo de jóvenes...¿Qué os parece la idea de los yankis de pagar por estudiar?

FÉLIX LLANOS MARTÍN dijo...

Y puedes entrar en la pagina VOZ DE MI TIERRA, he empezadoponiendo la letra A.. gracias por la colaboración, si alguien se acuerda de mas que me las diga. saludos

Andres de Pescueza dijo...

Para mi la educación consiste en poner a disposición de la ciudadanía los conocimientos y recursos básicos para que se generen las competencias necesarias que le permitan desenvolverse en el mundo en que vivimos. Hay tres fuentes fundamentales de dónde hay que coger las actitudes necesarias para aprender: la familia, la sociedad y la escuela. Quien tiene la enorme responsabilidad de generar la transmisión de saberes en la escuela son (somos) los docentes, aunque el protagonista principal del aqprendizaje es el educando, por lo tanto estoy de acuerdo que las actitudes que transmitimos en educación tienen mucho que ver con la actitud de cada uno.

Siempre se enseña mejor si tú individualmente eres mejor y transmite rigor y seriedad. Un docente tiene dificultades de enseñar cuando no transmite sus propios valores positivos, independientemente de la formación de cada uno. Ser educador es un privilegio social que hay que asumir con responsabilidad. Evidentemente para ello hay que estar preparados, pero es muy importante la actitud y la aptitud de individual de cada uno.